¿No te ha pasado de conocer personas cercanas a las que no le ves nada de su signo Solar?
Existen muchas teorías sobre este fenómeno que a mí siempre me ha fascinado. La más obvia es que no somos solamente nuestro signo Solar, sino además nuestro signo Lunar y nuestro ascendente. También se puede tratar de una persona con muchos planetas en un signo muy distinto al Solar; por ejemplo, un canceriano con cinco planetas en Acuario se ve sin duda más Acuariano. Otra teoría que me gusta mucho es la que sostiene que cuando hay planetas muy poderosos en nuestra carta natal, como nuestros dominantes, nuestra energía se polariza hacia la energía de esos planetas, mostrando más características de ellos que de nuestro signo Solar (utilizo el verbo polarizar en este caso a pesar de que, a mi criterio, es un verbo muy de moda en la Astrología últimamente para explicar muchos fenómenos distintos). De todas las teorías conocidas la que más me gusta es la de la casa Solar, ya que me interpela personalmente. Apunta a que muchas veces expresamos más el signo arquetípico de la casa donde está nuestro Sol que el signo donde efectivamente está ubicado. Por ejemplo, yo como sagitariano con el Sol en casa 3 por momentos expreso energía geminiana, ya que la casa 3 es la casa de Géminis. Más allá de todas estas hipótesis, como astrólogo observo un fenómeno que me resulta extrañamente atrapante: hay un porcentaje ínfimo de gente que está más allá de toda astrología. En estos personajes excepcionales no se suelen ver los talentos y/o defectos de su signo Solar. Esta rareza ha probado otra vez para mí que los astros inclinan pero no obligan. Todos contamos con energías esenciales que nos dan tendencias esenciales pero el factor clave y el más importante siempre es nuestro libre albedrío y voluntad personal. Algunos seres humanos nacen con esto tan marcado que pueden trascender las características típicas del signo. Imaginen lo que podríamos hacer si con esa misma fuerza de voluntad y consciencia sobre nuestras esencias y tendencias personales surfeáramos cada ciclo de nuestra vida y lo que tiene para dejarnos.
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